Recreación IA Rendición castillo Moclín

La caída del escudo de Granada, la rendición de Moclín. Acto segundo.

A pesar del revés de 1485, la determinación de los Reyes Católicos permaneció inquebrantable. En la primavera de 1486, tras la toma de plazas clave como Loja e Íllora, el propio rey Fernando lideró el asedio de Moclín. El monarca, con una determinación imparable por conquistar la villa, desplegó todo el poderío del ejército real ante sus muros.

Moclín, considerada prácticamente inexpugnable por su ventajosa posición, resistió durante días el implacable fuego de las bombardas castellanas. La guarnición nazarí, formada por soldados de élite de Granada, defendió con bravura su libertad, su fe y sus hogares. Incluso contaban con ribadoquines capturados a los cristianos en 1485, que irónicamente causaron bajas entre los sitiadores.

Sin embargo, el destino tenía otros planes. De forma inesperada, una pella incendiaria impactó directamente en el depósito de pólvora de la alcazaba. La tremenda explosión sembró el terror y la confusión entre los defensores, dejando la posición insostenible por la falta de municiones y la escasez de provisiones. Al día siguiente, Moclín entabló negociaciones de rendición, capitulando finalmente el 17 de junio de 1486, tras solo «tres días de asedio» bajo el mando real.

La rendición de Moclín fue un golpe estratégico y simbólico de enorme magnitud para el reino nazarí. Junto con la caída de otras fortalezas cercanas, la frontera norte se desmoronó, dejando expuesta la capital, Granada, desde esta dirección. Moclín «Escudo de Granada», se había convertido en la puerta de entrada para la ofensiva final cristiana.

Tras su conquista, Moclín se consolidó como una plaza vital para el control territorial durante los años finales de la guerra. Su importancia quedó incluso reflejada en las Capitulaciones de Granada.

En nuestra jornada medieval, reviviremos estos cruciales momentos en la segundo acto de la teatralización, que forjaron el destino del Reino de Granada, que además incluirán alguna sorpresa para los habitantes de la nueva villa castella…

¡Os esperamos en Moclín para sentir la historia viva!

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